La llenura del Espíritu Santo en el Nuevo Pacto.

La época de la iglesia primitiva en el Nuevo Testamento se extendió desde el tiempo de la crucifixión (aproximadamente el año 33 d.C.), hasta el final del siglo I. La iglesia nació durante este período junto con los veintisiete libros del Nuevo Testamento. Esta era también vio la experiencia de la llenura del Espíritu Santo y un cambio significativo en la humanidad. Desde la era de los patriarcas en el Antiguo Testamento, hasta el día de Pentecostés en Hechos 2, cuando el Espíritu Santo llenó a los presentes, su respuesta inicial tomó la forma de la expresión profética. Tenemos que recordar también que la comunicación inspirada por Dios en forma verbal o escrita define la profecía.

Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Juan el Bautista expresa que las cosas iban a cambiar. Así, Juan cumple con ser la voz que grita en el desierto para preparar el camino del Señor (Isaías 40:3; Malaquías 3:1; Mateo 3:3; Marcos 1:3; Lucas 3:4; Juan 1:23). Juan expresaba que este cambio llegaría mediante un bautismo de fuego y en el Espíritu Santo (Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:26). Como consecuencia, Juan acuñó de forma distinta el término “bautismo” en el Espíritu Santo, para conectarlo con su clase de ministerio bautista, pero también para conectar su acción al Antiguo Testamento en la forma en que el Espíritu venía sobre un individuo.

Hechos abarca una parte significativa de la historia de la iglesia primitiva. Hechos también se enfoca en el movimiento del Espíritu Santo durante esa época. Así que, en este capítulo nos enfocamos en lo mencionado por Lucas. Veremos la continuación del patrón bíblico de la conexión entre la llenura del Espíritu Santo y la profecía. Sin embargo, en este mismo tiempo, bajo un nuevo pacto, existen tres diferencias importantes. Primero, las lenguas vienen como forma única de la profecía. En segundo lugar, la profecía no ocurre en eventos aislados como en el Antiguo Testamento, sino que sucede como algo continuo. En tercer lugar, esta expresión no pasa solo con profetas, sino que el Espíritu abre su experiencia a todo creyente como práctica normativa (una expectativa) para los seguidores de Cristo.

Existen varias perspectivas acerca del bautismo en el Espíritu Santo; sin embargo, dos perspectivas se destacan. Una perspectiva mira a los eventos de la llenura del Espíritu Santo a través de Pablo. Por otro lado, otra perspectiva los mira a través de Lucas. En ambas perspectivas los individuos suelen cometer errores porque interpretan las Escrituras de Lucas usando Escrituras de Pablo, o viceversa, interpretando pasajes de Pablo con versículos de Lucas. William y Robert Menzies destacan este asunto cuando dicen: “Pablo frecuentemente hablaba de la dimensión soteriológica de la obra del Espíritu (el Espíritu en la salvación), Lucas retrata consistentemente al Espíritu como la fuente de poder para servir” (Menzies and Menzies 2004, 58). Así que, tenemos que interpretar a Lucas con Lucas y a Pablo con Pablo. Esta sección trata de cada uno de estos autores bíblicos para entender su perspectiva única a la luz del movimiento del Espíritu Santo y su evidencia.

¿Qué dices? Un viaje bíblico e histórico de la conexión entre el Espíritu Santo, la profecía y lenguas.

Por: Jeremiah Campbell.

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Dios te bendiga

Mi nombre es Oscar Valdez, pastor y maestro pentecostal. Este sitio es para edificar en temas bíblicos desde la perspectiva pentecostal, arminiana y dispensacional.